Resistencia gráfica en Dictadura - Chile










Reseña del libro "Resistencias gráfica. Dictadura en Chile", publicado por Lom. Por  

El rescate de un material único que sobrevivió a allanamientos, inundaciones y mudanzas, para convertirse en “testigo privilegiado de recorridos insurgentes”.


Nicole Cristi y Javiera Manzi traen una investigación que reconstruye con rigurosidad el itinerario artístico-político de la Agrupación de Plásticos Jóvenes APJ (1979-1987) y el Taller Sol (1977), dos actores claves en la conformación de un trazo crítico durante la dictadura.
La investigación recorre el periodo que se desarrolló entre la «época de oro» del afiche político durante la Unidad Popular y el afiche producido después del golpe de Estado de 1973 en el exilio. Un momento de resistencia denominado por la historiografía como “del ocultamiento del trazo”.
Las autoras ponen de manifiesto el rol político de ambos colectivos, a través del importante vínculo desarrollado entre la gráfica y las organizaciones sociales, políticas y culturales desde las que se organizó la resistencia al régimen. Pero además, restituyen el itinerario artístico-político por medio de un cuidadoso diseño y materialidad que permite apreciar los afiches de la época.
Un trabajo de rescate, donde productores universitarios y autodidactas hicieron del afiche un dispositivo para movilizar la oposición. Un oficio que se desarrolló a un ritmo distinto, marcado por una “vulnerabilidad, por la fragilidad y el estremecimiento en medio del tiempo alterado y escindido del duelo”.
Resistencia gráfica. Dictadura en Chile: APJ – TALLERSOL presenta un material único que sobrevivió a allanamientos, inundaciones y mudanzas, pero también al olvido, y que hoy regresa para demostrar las condiciones que propiciaron el surgimiento de una gráfica política en plena dictadura: sus trayectorias, las redes de colaboración, los procedimientos técnicos y estrategias visuales.
Su vigencia cobra relevancia en el contexto actual de Chile, puesto que las consignas que se gritaron e imprimieron en esos años no han perdido vigencia. El afiche sigue siendo una forma privilegiada para decir “somos más de uno y (estamos) organizados”, “testigo privilegiado de recorridos insurgentes”.







El afiche como un grito en el muro,  como documento gráfico y artístico de resistencia. Muchos forman parte del telón de fondo de los recuerdos de una época. Yo recuerdo momentos de mi infancia con ellos allí, gritando desde la pared. Quienes los diseñaban en esa epoca, ademas de hacerlo con herramientas antiguas para la época, diseñaron a escondidas, en condiciones pésimas y poniendo en riesgo su vida.
Diseñar e imprimir estos afiches, era un verdadero acto de resistencia, de lucha. Muchas veces realizados por gente que apenas tenía conocimiento, pero sí el coraje y la convicción  de hacerlo.
Las técnicas utilizadas eran diversas, desde la serigrafía, pasando por el grabado y hasta un simple mimeógrafo. Todo servía para comunicar al pueblo y animarlo a resistir.
Me parece fundamental, rescatar del olvido, esta memoria gráfica de un país. Son pedacitos de historia, que salen del olvido, para volver quizás a la pared o a resistir.
Sería interesante realizar una análisis de la tipografía, de los colores, de las estructuras, de la iconicidad de los mismos. Y a su vez, poder compararlos con otros de la misma época en otros países de la región. Lamentablemente, no todos los países conservaron o se propusieron conservar estos pedacitos de memoria gráfica que marcaron una época y todo un acto de resistencia. 
Lamentablemente, muchos de sus textos, siguen aún hoy vigentes, invitándonos a reflexionar sobre ello.

Para ir terminando, quiero dejarles dos afiches de esa época, pero en Uruguay. Que marcaron mi infancia y que me acompañaron por mucho tiempo. Los dos colgaban de las paredes de mi cuarto, pero también empapelaban algún rincón de la ciudad.
En el 2010, viajé a Uruguay y fui al museo de la memoria y en una sala del museo, me volví a encontrar con uno de ellos. Me transportó a mi infancia - adolescencia, mas precisamente a mi cuarto.
Ese es el poder que tienen este tipo de documentos, transportarnos a los que vivimos esa época, a un instante de ella. Y a los que no la vivieron, mostrarles la forma de resistir y quizás reconocer en  esa resistencia, la de hoy.

Como me temía, no se encuentran en la red dichos afiches, he encontrado alguna foto en la cual se ve muy mal, pero es un testimonio de el lugar que ocupaban en la ciudad.
El de Mariana Zaffaroni, algún día publicaré su historia. Fue uno de los afiches que menos se arrancaron y que mas duraron en ellas. Esos ojos enormes que miraban, como increpando, te conmueven con solo mirarlos. Y la gente y hasta los militares, no se atrevieron con ellos.



El otro que quería compartir no lo he encontrado lamentablemente. Por esa precisa razón insisto que es importante conservar este tipo de documentos. Sé que el museo de la memoria en Uruguay tiene uno, pero seria interesante, digitalizar dichos documentos para que todos podamos tener acceso sin necesidad de ir al museo, cosa que en mi caso es imposible.
Pero en la busqueda, he encontrado otro, mas de la época de mi adolescencia, apenas finalizada la dictadura.
Es el afiche de una película que por una cuestión generacional, me impacto y me gusto mucho. Dura, muy dura, pero real. 
LA NOCHE DE LOS LAPICES.




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